sábado, 19 de diciembre de 2015

Anécdotas desde palacio.


Antonio Lara Ponce
Han sido varias las veces que por razones de trabajo me toco estar tanto en el Palacio Legislativo  (Congreso de la Republica) y en Palacio de Gobierno, en casi todas las ocasiones llegue con líderes jóvenes que provenían de nuestra amazonia,  en una oportunidad se nos hizo saber que deberíamos ir a Palacio de Gobierno para la firma de un Decreto Supremo, alistamos a los adolescentes, empezamos a enviarlos en taxi, llegamos a palacio, el ingreso estaba muy complicado, les entregamos unos polos con el logo de la institución y firmamos papeles tomando la responsabilidad de quienes no tenían documentos, ingresamos, hacía mucho calor, el espacio estaba abarrotado, la prensa y las luces de las cámaras ayudaban a calentar más el ambiente, y así prosiguieron las palabras del Presidente, sus Ministros y firmas respectivas, el tiempo pasaba y la temperatura subía, hasta que termino el acto, nos invitaron a tomar un ágape de honor y bueno, yo me encuentro que había unos guindones con tocino y corro a ellos, veo que los jóvenes muy rápido también acuden a tomar unos vasos que contenían aparentemente refrescos, bueno por lo menos era eso lo que aparentaba el color y la cantidad de hielo que le echaban y la rapidez de servir a los jóvenes por parte del personal de servicio, bueno hasta ahí todo bien, en eso observo que algunos jóvenes se van quedando sentados, pero ya no tan sofocados, sino parlanchines y algo subiditos de tono, cuando descubro la sonrisa cómplice del personal que servía las “bebidas” y veo que el tal “refresco” solo aparentaba ello, pues en realidad era wiskhy que lo servían con hielo y que los jóvenes pedían pensando que así iban a calmar su sed. Bueno tuve que multiplicarme para poder sacar a varios de ellos y no se realice o digan una barbaridad en plena Plaza de Armas de Lima. La viveza limeña y la inocencia o candidez selvática se dieron la mano.
En otra oportunidad en el Congreso de la Republica los jóvenes participaron en una sesión en el salón donde funciono en alguna oportunidad el Senado, bueno teníamos que salir rápido a otra reunión y de ahí sacarlos fue una odisea, pues justo concluía una sesión del Pleno del Congreso y se encontraron con los Congresistas y estos con jóvenes ataviados a su usanza amazónica y bueno ahí comenzó el desorden,….alguien diría ¡¡¡¡valga por diossshhh¡¡¡¡,……pero no estaba para ello, pues fotos iban de un lado a otro, pero lo más gracioso es que cuando estábamos en el autobús que nos llevaba a otro lugar el comentario de los jóvenes estaba mas por las características físicas de las y los congresistas, y alguno diría “ ….aaahhh de mi tamaño era, y yo que en la televisión lo veía grandazo….”, ese confrontarse con el otro, a quien observaban como inalcanzable, ahora lo veían como un ser humano, y que ellos también podían llegar a ser autoridades, pues condiciones visibles, por lo menos, si lo tenían. Antonio Lara Ponce n

Bueno siempre las anécdotas ayudan a conocer las cosas que no se ven o se dan en el fragor de estas experiencia, para mi inolvidables y que algún día seguiré contando con una sonrisa cómplice, entendiendo que siempre hay algo de ellas que se quedan en mí. Antonio Lara Ponce

Los Centros de Acogida y los grupos Juveniles.



Antonio Lara Ponce   
Mirar hacia atrás es siempre una práctica que habla en muchos casos de que si uno conoce la y su  historia aprende a enfrentar el hoy y ayuda a proyectarte para el futuro; y dentro de ese recordar esta la experiencia de los Centros de Acogida y los Grupos Juveniles que apoyamos a su creación para la formación de una dirigencia joven que trabaje por el desarrollo de sus pueblos en la amazonia.
Esta experiencia que concluyo ya casi más de una década, deja reflexiones a diverso nivel, uno desde una perspectiva individual y otra desde el colectivo que aporto al proceso.
Desde la perspectiva individual parto desde el análisis de contexto, del momento que se decidió organizar los Centros que eran como clubes que servían como referente de nuestro accionar en cada una de las comunidades donde estábamos trabajando o habíamos llegado. Eran fines de los 80 e inicios de los 90, momentos de gran presencia del narcotráfico y terrorismo en la amazonia, muchas de las localidades donde llegamos no había autoridades, solo encontrábamos a las organizaciones de mujeres que luchaban por la supervivencia y a las iglesias católica y cristianas en general, los jóvenes estaban dispersos, solo se organizaban para el deporte y vivían temerosos tanto por la presencia de las FFAA o policía y por los grupos terroristas, pues unos los veían como potenciales enemigos y los otros buscaban llevarlos al “monte” a la lucha, algunos de ellos evitaban ingresar a la economía ilícita del narcotráfico y otros vivían la aparente bonanza económica que ella generaba, además las regiones involucradas estaban aisladas, la infraestructura vial en muchos lugares era casi inexistente y en época de lluvia muchos lugares se volvían intransitables,  se percibía una desesperanza como consecuencia de su aislamiento, poca presencia del Estado y la violencia que vivían, la economía está basada en la producción agraria, pero en la mayoría de caso era solo para la sobrevivencia. Además de diversos fracasos de generar una economía alternativa, me tocó ver como se quemaban los arboles de achiote, se “tumbaban” las plantaciones de hierba luisa, maracuyá y la mora que serviría de alimento del gusano de seda, además de ser testigo del cinismo de muchos productores que decían, doc. … “aquí sembramos palma o cacao y sale coca…..”, era un escenario de una dinámica llena de retos y acciones a tomar para el futuro, pues esta situación debía de cambiar, tarde o temprano, y la pregunta era ¿Cuándo la situación cambie, quien asumirá ese cambio?, pues algo de optimismo teníamos, por eso estábamos ahí.
Es desde esa visión que se comenzó a organizar los grupos juveniles y como referente de los mismos a los Centros de Acogida, que eran espacios que nos cedía la comunidad y donde se implementaba con módulos muy sencillos, uno que le gustaba mucho a los jóvenes el de música, que consistía en un bombo, su guitarra, algunas quenas y zampoñas, este era un gran movilizador y permitía aglutinar a los jóvenes y así poder iniciar un debate a partir de guías de trabajo que abordaba tema para la formación de liderazgo.
Otra de las tareas que trasladamos a los adolescentes, era el de ayudar a realizar sus tareas a los más pequeños, eso ayudo a ver nivel de compromiso y en muchos casos ayudo a que los propios miembros del grupo llevaran a sus hermanos o vecinos y así se fueron aglutinando, había una red de voluntarios, en su mayoría maestros que promovieron la experiencia en su localidad y que hoy a la distancia muchos de esos adolescentes y niños son autoridades en sus localidades, dirigentes de comités de productores y un buen numero profesionales que retornan a sus localidades a construir su desarrollo.

La perspectiva colectiva que he recogido de varios actores locales, que son adolescentes y algunos niños y niñas de esos años, la contare en el siguiente artículo. Antonio Lara Ponce.

Los frutos no caen muy lejos del árbol.


.    Antonio Lara Ponce
Esta frase la escuche hace poco y obviamente hace referencia a que en base a la formación y ejemplo que le das a los tuyos ellos serán vivo referente de tu accionar, ello me hizo recordar a otra frase que un buen amigo – sacerdote para mejor referencia – me dijo un día “…. Las flores y frutos, jamás conocerán la semilla que los hizo crecer…..”, y así frases van y frases vienen estas me llevan a reflexionar sobre el rol que vamos cumpliendo los que trabajamos en la Intervención Socio-Comunitaria, somos promotores, facilitadores, formadores, animadores, activistas o un actor externo de la comunidad que reflexiona y analiza sobre ella y actúa en mutua cooperación con la población organizada. Creo que esto último se acerca a mi visión de intervención y el rol del psicólogo socio comunitario. Antonio Lara Ponce
Nuestra intervención puede darse desde diversos niveles: Antonio Lara Ponce
a) Nivel Estructural o Social: Algunos pueden confundir esto con Gestión Pública, en todo caso es un sector desde donde se puede desarrollar la normatividad y generar orientaciones sociopolíticas que se concreten en leyes, programas de gobierno u otras acciones que redunden en el cambio desde el Estado, asimismo esto también se puede realizar a través de las diversas instituciones y organizaciones de la Sociedad Civil. Antonio Lara Ponce
b) Nivel local o Comunitario: las diferentes instituciones, organizaciones y grupos, de carácter público o privado, así como, las redes de relaciones e intercambios que se dan entre grupos y colectivos de la sociedad civil, en este nivel hay una riqueza y dinámica que posibilita un accionar que aporte a la mejora del bienestar y el cambio que toda sociedad busca, una organización básica dentro de este nivel es la familia. Antonio Lara Ponce
c) Nivel Individual: los comportamientos, emociones, actitudes de las relaciones interpersonales en grupo de convivencia y entorno inmediato son una importante fuente que dinamiza nuestro accionar.

Por ello nuestra reflexión sobre cómo enfocar e influir para que las nuevas generaciones de psicólogos socio comunitarios parte de reconocer nuestro entorno y mejorar nuestras capacidades para trabajar en los diversos niveles de intervención, estableciendo una red y ruta de accion a nivel macro y micro de nuestras sociedades.  Antonio Lara Ponce