Antonio Lara Ponce
Han
sido varias las veces que por razones de trabajo me toco estar tanto en el
Palacio Legislativo (Congreso de la
Republica) y en Palacio de Gobierno, en casi todas las ocasiones llegue con
líderes jóvenes que provenían de nuestra amazonia, en una oportunidad se nos hizo saber que
deberíamos ir a Palacio de Gobierno para la firma de un Decreto Supremo,
alistamos a los adolescentes, empezamos a enviarlos en taxi, llegamos a
palacio, el ingreso estaba muy complicado, les entregamos unos polos con el
logo de la institución y firmamos papeles tomando la responsabilidad de quienes
no tenían documentos, ingresamos, hacía mucho calor, el espacio estaba
abarrotado, la prensa y las luces de las cámaras ayudaban a calentar más el
ambiente, y así prosiguieron las palabras del Presidente, sus Ministros y
firmas respectivas, el tiempo pasaba y la temperatura subía, hasta que termino
el acto, nos invitaron a tomar un ágape de honor y bueno, yo me encuentro que
había unos guindones con tocino y corro a ellos, veo que los jóvenes muy rápido
también acuden a tomar unos vasos que contenían aparentemente refrescos, bueno
por lo menos era eso lo que aparentaba el color y la cantidad de hielo que le
echaban y la rapidez de servir a los jóvenes por parte del personal de servicio,
bueno hasta ahí todo bien, en eso observo que algunos jóvenes se van quedando
sentados, pero ya no tan sofocados, sino parlanchines y algo subiditos de tono,
cuando descubro la sonrisa cómplice del personal que servía las “bebidas” y veo
que el tal “refresco” solo aparentaba ello, pues en realidad era wiskhy que lo
servían con hielo y que los jóvenes pedían pensando que así iban a calmar su
sed. Bueno tuve que multiplicarme para poder sacar a varios de ellos y no se
realice o digan una barbaridad en plena Plaza de Armas de Lima. La viveza
limeña y la inocencia o candidez selvática se dieron la mano.
En
otra oportunidad en el Congreso de la Republica los jóvenes participaron en una
sesión en el salón donde funciono en alguna oportunidad el Senado, bueno
teníamos que salir rápido a otra reunión y de ahí sacarlos fue una odisea, pues
justo concluía una sesión del Pleno del Congreso y se encontraron con los
Congresistas y estos con jóvenes ataviados a su usanza amazónica y bueno ahí
comenzó el desorden,….alguien diría ¡¡¡¡valga por diossshhh¡¡¡¡,……pero no
estaba para ello, pues fotos iban de un lado a otro, pero lo más gracioso es
que cuando estábamos en el autobús que nos llevaba a otro lugar el comentario
de los jóvenes estaba mas por las características físicas de las y los
congresistas, y alguno diría “ ….aaahhh de mi tamaño era, y yo que en la televisión
lo veía grandazo….”, ese confrontarse con el otro, a quien observaban como
inalcanzable, ahora lo veían como un ser humano, y que ellos también podían
llegar a ser autoridades, pues condiciones visibles, por lo menos, si lo
tenían. Antonio
Lara Ponce n